Conozca los síntomas esclerosis múltiple

Algunos trastornos neurológicos son difíciles de diagnosticar porque se presentan con manifestaciones similares a otros, que pueden generar dudas en los expertos. Un ejemplo claro de esta realidad son los síntomas esclerosis múltiple, los cuales suelen parecerse a otras enfermedades que afectan también al sistema nervioso central.

Cada individuo que padece de EM (esclerosis múltiple) es un caso diferente, ya que los síntomas variarán de acuerdo con las áreas lesionadas. Por lo tanto, la evolución de la enfermedad ocurre de diferentes maneras y la capacidad que tenga de recuperarse dependerá del organismo.

Generalmente, este problema de salud se presenta en brotes o episodios, los cuales podrían durar por varios días consecutivos y serán diferentes por la zona del sistema nervioso central afectada. Entre los más comunes se destacan:

• Visión doble o borrosa.
• Pérdida de destrezas y fuerza muscular.
• Ceguera en un solo ojo.
• Dificultades para mantener el equilibrio corporal.
• Hormigueo o adormecimiento.

En muchas ocasiones, una vez que trascurre el período de inflamación aguda, desaparecen por completo los signos propios de la enfermedad, pero hay probabilidades de que queden algunas secuelas. El daño neurológico que se genera con el tiempo abre paso a otros síntomas como el espasmo o rigidez muscular, incontinencia urinaria, falta de memoria, disfunción sexual, entre otros.

La sintomatología de los que tienen la forma clínica EM primaria progresiva se presenta con mayor fuerza, sobre todo, los que se relacionan con la fuerza motora y la capacidad para caminar.

¿Aplicar un tratamiento sin síntomas?

Los especialistas insisten en que es fundamental la aplicación de un tratamiento lo antes posible e, incluso, aunque no haya la presencia de síntomas. La intención de esta premisa es preservar la salud del cerebro y cuidar el tejido del sistema nervioso, puesto que el trastorno podría estar activo en el cuerpo.

En este sentido, se destacan las ventajas de tener un diagnóstico temprano y la atención del proceso de inflamación propio de este trastorno, para proteger el tejido neuronal a medio y largo plazo.

La meta de los expertos en neurología es garantizar la calidad de vida y una cotidianidad normal. Para esto, es importante trabajar en varios niveles que van desde un tratamiento farmacológico, hasta el apoyo psicológico.